Ayer en el Parlamento
de Galicia, el ultraizquierdista gallego Xosé
Manuel Beiras se puso a defender el aborto calumniando a todos los que
nos oponemos a esa matanza de niños por nacer, y lo hizo con
estas cínicas palabras: “los
mismos poderes que diseñan estrategias por las cuales millones de niños mueren
en el planeta son los mismos que se oponen al aborto”.
Más que mil palabras: ésta es
la realidad que ocultan tras el aborto El batasuno Pernando Barrena,
entre las amistades peligrosas de Beiras Para Beiras unos terroristas de Resistencia Galega son meros ‘indignados’
Defendiendo el aborto con una enorme dosis de cara dura
“Parece que quieren que nazcan para poder matarlos o convertirlos en esclavos”, añadió Beiras. Es decir, que este individuo acusa falsamente a otros de matar a niños, mientras él pide que sea legal matarlos y despedazarlos antes de nacer. El colmo de la cara dura.
“Les importa un nabo defender la vida”, dijo Beiras, haciendo a la vez un falaz juicio de intenciones y proyectando, de paso, su desprecio por la vida sobre los calumniados.
De hecho,Beiras demostró una vez más lo poco que le importa a él la defensa de la vida, lanzando esta mentira contra los que nos oponemos el aborto: “sólo le importan los nasciturus”. Además de faltar a la verdad, es muy revelador que Beiras hable de seres humanos inocentes e indefensos con esa carga de desprecio.
Con ello, Beiras deja en evidencia su nula credibilidad: ¿de un tipo que desprecia así al niño antes de nacer cabe esperar un sincero aprecio por el ya nacido? Da la impresión de que para él los niños ya nacidos son sólo un arma arrojadiza con la que calumniar a aquellos que no suscriben su desprecio por esos mismos niños en el momento previo al parto.
Hasta ahora individuos como éste no han hecho otra cosa que llenarse la boca hablando de los hambrientos y de la justicia social, pero rara vez pasan de la palabra a los hechos. Ninguno de los partidos en los que ha militado Beiras ha tenido ni un solo comedor social para hambrientos, parece que sólo les preocupaba obtener su voto y, dicho sea de paso, impulsar una ideología totalitaria que pusiese a mucha más gente en esa desesperada situación. La ideología de Beiras ha matado de hambre a millones de niños y adultos
Beiras parece olvidar que entre niños y
adultos el comunismo ha llevado a la tumba a 100 millones de seres humanos,
muchos de ellos a través de hambrunas provocadas por las dictaduras rojas. El historiador
británico Robert Conquest (en “The harvest of sorrow. Soviet Collectivization and the terror-famine”, 1986) cifró en 14,5 millones de muertos los
provocados por las hambrunas desencadenadas por la dictadura comunista en la URSS ya sólo en el periodo comprendido
entre 1930 y 1937.
No fue el único lugar del mundo en el que
el comunismo sembró el hambre y la muerte. Según cifras oficiales, la dictadura maoísta provocó la
muerte por hambre de 15 millones de chinos entre 1959 y 1961, cifra que el
periodista chino Yang Jisheng eleva a 36 millones, a los que
habría que añadir 40 millones de niños que no llegaron a nacer a causa de esa
hambruna.
Beiras lleva décadas
defendiendo una ideología que mató de hambre a muchos millones de personas,
niños incluidos, más que cualquier
otra en toda la historia de la Humanidad. También se ha pasado décadas yendo del
brazo de los maoístas de la UPG,
sin importarle el respaldo de éstos a la corriente comunista que más sembró el
mundo de muertos de hambre, apoyando
tesis políticas que aún hoy mantienen en la miseria a buena parte de la
población de países como China, Cuba, Vietnam y Corea del Norte.
Que en estas
condiciones Beiras aún se atreva a hablar del hambre demuestra hasta qué punto
su ideología no sólo es un proyecto perverso para sumir en la opresión y la
miseria a millones de personas, sino también la actitud cínica de quienes aún
tienen la jeta de defender esa ideología como si fuese un billete de ida al
paraíso terrenal.