Creo que poco hay que decir, ante el terremoto producido por los cambios que son precisos, después de la terrible situación encontrada tras el cambio de gobierno. Hay mucha gente que sectariamente dice cosas que de no ser tan grave la situación sería cosa de risa.
Hay algo que me llama la atención como muestra de una forma de decir las cosas que da risa, cuando no es tan vomitiva. Los perdedores dicen: no vayan a seguir restregando la situación sobrevenida en nuestro gobierno porque lo que queremos es otra cosa.
¡Pues claro que lo que quieren es otra cosa! No sé si lo que quieren es lo que quiero yo. Tengo que pensar que sí. Y que a pesar de lo que se nos viene encima no creo que tenga solución a gusto de nadie. Somos una nación arruinada con pagos inminentes, y todo el que crea que esto es una broma no sabe lo que nos puede caer encima.
¡Mira que decir que no echen mano los del PP a la herencia recibida! Herencia que constata el pésimo gobierno anterior y mientras los ponen como “chupa de dómine” ante todos sin solución de continuidad. ¿Pues claro que la misión del partido opositor es hacer oposición, pero es la leal oposición al gobierno de su majestad D. Juan Carlos I.
¿No pretenderán convertir el coso de propuestas (aun sin presentar por la oposición) en una pelea de perros? Si ustedes quieren hacer oposición y no desilusionar más a la gente, (los parciales suyos siempre estarán con ustedes), hagan algo por el Pueblo que tanto menciona y adula (como os demás) y póngase en marcha.
Como la canción alemana que dice: Levantaos padres, vuestros hijos esperan una señal. Y ustedes la única señal que dan es deprimente y ruinosa. Hagan ustedes el bien del Pueblo soberano, cuando lo elija, y lleve usted al Partido Socialista a la mayor cota de credibilidad que le haga ser una real alternativa a los oponentes. Y acredítense con obras, no con palabras al viento.
Ambos busquen el bien del Pueblo, y no se ocupen tanto de las tácticas electorales, que parece que son el leit motiv de los actos de los políticos. A la gente en general, le importa su bienestar y no los pleitos políticos. Haciendo así conseguirán para la clase política un desprestigio que hoy por hoy es de “penita pena”.
Y échenle todos formalidad, que parecen una congregación de gente decidida a hacerlo peor que los otros. Como verán no entro en detalles, porque no soy juez, y todos son para mí unos patriotas distraídos con ver quien manda. Ya saben; el chollo. Si compiten, en vez de que la pugna sea por el poder, que sea por que quieren de verdad, el bien del Pueblo. ¿Es eso posible?
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