Tengo un buen amigo que se llama Homobono, y como su nombre indica es alguien peculiar: No porque sea más o menos contrahecho, ni que tenga una presencia de dandy, sino porque el hombre piensa. Sí, piensa, y eso me da que pensar a mí. Y tengo otro amigo (tengo de casi todos, A.D.G.) que no es de los pocos que quieren aprender, sino de los muchos que quieren discutir. Me divierten los dos, porque Homobono, el pensador, nunca ha hecho pensar a Carlos, pero este sí ha hecho desvariar varias veces a Homobono.
Homobono es cristiano y tengo una cercanísima amistad con él; Carlos es alérgico a todo lo cristiano, es más veleidoso, y transita por todos los temas con gran naturalidad. Como decía un peluquero pintando en el espejo de su peluquería, “Se debaten todos los temas”. Así es mi amigo Carlos. A veces me recomiendan otros amigos que me distancie de Carlos, porque es temible en cualquier conversación, pero mis amigos lo son, no porque no sean cojos, o porque sean charlatanes, etc. Son mis amigos.
Este Carlos es de tal "potencia de fuego” hablando que logra decir en un par de frases, una cosa y la contraria. Cuando logro salir de mi asombro ya tiene el tema compuesto de tal manera, que lo que ha dicho fundamentará sus siguientes conjeturas. Bueno, eso es cosa común en la mayoría de las gentes, que prefieren un programa de televisión de entretenimiento (¡que palabra tan terrible!) a un debate o un simple documental.
Ahora, andamos enredados en la decisión de una consejera catalana que pretende, y lo conseguirá, (somos así de estúpidos) enseñar a los adolescentes a masturbarse, a tener sexo con animales si les agrada; a tener experiencias homosexuales, no ya por que les guste, sino para ver si les gusta… o para que les guste.
Así que se aproxima un buen periodo de discusiones sobre esta materia, que a mi parecer será interesante para ver como el pensamiento del hombre común destila “sabiduría popular”. Las espadas están en alto, y yo me propongo contar todo lo que se diga. Será interesante, y no tiene otro peligro que el de que Carlos me pueda convencer a mí, ya que este Carlos es un cañón con la palabra. Gran peligro. ¡A las barricadas! ¡¡ Uff !!
AMDG.
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