LAICA COMUNIÓN DE SANTOS.
¿PARA QUE BUSCAR SANTOS?
¡Ahí están!
He quedado asombrado el día que se presentó Rajoy a
ser examinado por los otros integrantes del congreso de los diputados. Jamás he visto un
manojo de personas más listas y más puras en mi vida. Dice la gente una
frase que pretende justificar cualquier extravío: al
fin y al cabo somos humanos. Será usted y yo, porque estas personas son
el sindicato de individuos más inocentes y más vigilantes de la conducta ajena. Verdaderos santos.
Decía un amigo que me comentaba: todos tienen cabras cojas en su haber.
Y creo que tenía razón. ¿Para qué buscar santos entre papas y frailes de
vida sacrificada y ejemplar (lo de dentro nadie lo puede averiguar), sino el
que realmente puede que es Dios? Pero claro, Dios está
fuera de las Cortes españolas por cuanto el aborto (se diga lo que
se diga es asesinato).
Con premeditación, alevosía, indefensión de la víctima, etc., solo con tal de ocultar actos todo lo inocentes que se quiera, pero que traen estas fatales consecuencias. Dios no se ha ido; es que lo han echado esos tipos que dicen que nos representan. Y conste que eso es lo más gordo. De otras barbaridades, ni siquiera me ocupo ¿para qué?
Con premeditación, alevosía, indefensión de la víctima, etc., solo con tal de ocultar actos todo lo inocentes que se quiera, pero que traen estas fatales consecuencias. Dios no se ha ido; es que lo han echado esos tipos que dicen que nos representan. Y conste que eso es lo más gordo. De otras barbaridades, ni siquiera me ocupo ¿para qué?
Cuando vi, y oí a varios sujetos, con más cara que
espaldas, tratar
de dar lecciones de pureza y de inocencia, me dije que yo era un
perfecto bellaco, ya que comparado con tanta cándida criatura,
mi conducta era de lo más punible. Y eso que soy un infeliz
mileurista.
La política, según muchos autores, comenzado por Maquiavelo, es la ciencia de lo posible. Y veía en los estrados a personas beatíficas, tratando de acusar a gentes de carácter aún más beatífico que ellos, cuando todos no dudan en apelar a la razón de Estado cuando conviene a sus intereses?
La política, según muchos autores, comenzado por Maquiavelo, es la ciencia de lo posible. Y veía en los estrados a personas beatíficas, tratando de acusar a gentes de carácter aún más beatífico que ellos, cuando todos no dudan en apelar a la razón de Estado cuando conviene a sus intereses?
Uno a uno, iban desgranando que lo bueno era bueno,
y lo malo era malo. ¡Gran descubrimiento! ¿Ahora
sí que vale la honestidad y la transparencia? ¿Ahora? Conociendo el tema no podía
por más que sorprenderme de tanta limpieza de funcionamiento como exhibían, y me
daban ganas de decirles ¡vosotros no estáis en condiciones de aportar nada a la política! ¡Sois un fardo muerto para el progreso de la nación! Distingo entre bien y mal y aunque parezca que generalizo no es así. Alguno bueno habrá.
¡Que buenos! ¡Que santos! ¡Que maravilla de personas plenas de santidad!
(por supuesto mundana) La ciencia de lo posible es buscar el objetivo sin parar
mientes en los medios para conseguir el objetivo, en las gentes que van a morir, a sufrir, a caer en la miseria de dormir en la calle. ¡Señores
disputados o -disputadores que lo mismo da- las gentes
les votaron para que procuraran ustedes el bien del Pueblo, y no el bien
de ustedes y de sus partidos, y de sus facultades de mando e influencia.
Son ustedes verdaderamente
repelentes, y no porque individualmente me caigan mal, porque algunos
gozan de mis simpatías personales y les deseo siempre que acierten en lo que
han de hacer en bien de todos. A mí, nada me importa que ganen ustedes dinero copiosamente,
porque considero que tal vez alguno ganara más en la empresa privada, y necesitamos lo mejor de lo mejor, para que conduzcan
al pueblo a la alegría de trabajar y vivir en paz.
No lo consiguen ustedes, y a pesar de esa inocencia y pureza que esgrimen
a cada momento, tengo que decirles que son para mí una continua decepción, y todos
están bajo mi vehemente sospecha. Razones de Estado sobran para hacer lo que les
parezca, pero no traten de enfundarse en una limpieza que no existe, o que no
demuestran ustedes que exista. Y ya está bien por hoy. DECEPCIÓN. Es
la palabra
AMDG.
No hay comentarios:
Publicar un comentario