Obviando las hambrunas, hoy existen unas agitaciones y la inquietud por la seguridad, así como por el temor de el famoso «Papá Estado» no pueda (y se nota), dar lo que la familia a duras penas proporcionaba en seguridad, compañía, y solidaridad, aun necesariamente precaria.
Antes, «la familia era la familia», pero actualmente, excepto en los países latinos, la familia se va diluyendo en una especie de «sopa boba», de forma que la soledad se apodera de las personas en los países que han cambiado la familia por otra forma peculiar de vivir.
A pesar de que la religión que aun está presente en el colectivo, sobre todo en los ritos y manifestaciones públicas, es despreciada individualmente; entre la dispersión de la fe protestante, y el tan llevado y traído «monolitismo» de la católica, las cosas se han dejado a las interpretaciones personales y formas de aplicar la doctrina de Cristo, de tal manera, que en muchos lugares no hay una forma creíble y constante de fe.
Y no vayamos a creer, que la excelencia que se buscaba en las antiguas universidades, importa a las autoridades políticas o académicas. Simplemente se fabrican licenciados.
Estos salen al palenque de la expansión y el crecimiento, a ver lo que sale, con lo que es cada vez más difícil a los titulados abrirse camino en la vida con su carrerita terminada por los pelos… y eso aun siendo realmente su vocación.
Hoy hay un sesenta por ciento de jóvenes con carreras terminadas que viven aun con sus padres. Hacen vida matrimonial de forma peculiar, porque cada uno de llamada «pareja» vive y duerme en casa de sus padres. Y ya nadie se escandaliza de ello.
Los padres están más tranquilos con que su hijo viva con ellos, y los hijos encuentran comodísimo tener un techo en el que vivir sin demasiadas complicaciones y en absoluta libertad. Tal es su religión, y su forma de practicarla.
Y así se vive actualmente una forma de creer, que está influida por los acontecimientos de cada día, que suministran abundantemente en competición los medios de comunicación. Estos dicen las cosas como el dueño de la publicación quiere y le parece, por lo que tampoco es fiable esa información.
Las ideologías se han visto castradas, porque los experimentos sociales han fracasado, como ahora se tambalea el sistema liberal, y no digamos el socialismo que en cuanto se torna real es el desastre para los pueblos, en donde ya no queda ni libertad, ni iniciativa. Sus habitantes viven confinados, y solo pueden saber lo que sus autoridades quieren que sepan.
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