martes, 30 de agosto de 2011

REFLEXIONEMOS SOBRE LA LIBERTAD Parte 1ª



Autor: Salvador Casadevall

No vamos a hablar de la libertad en sentido político. Sino del uso de mi libertad para hacer lo que me pide el Señor.

Empecemos con unas preguntas: ¿Qué sufre el hombre actual?

¿Qué vive el hombre de hoy?

En la actualidad ¿qué se entiende por libertad?

Algunas personas entienden por libertad, hacer lo que se les antoja, hacer todo lo que quieren.

Porque soy un joven libre, porque soy un hombre libre, porque soy una mujer libre. Total no hago mal a nadie. Hago lo que quiero.

Otras personas le dan otro enfoque más interesado: libertad es poder hacer lo que me conviene.

Otros es hacer lo que hacen todos. Total, todo el mundo lo hace.

¿Por qué no lo voy a hacer yo? ¿Qué problema hay, de que yo ejerza la libertad haciendo lo que me place? ¿Por qué no puedo vestirme a la moda? Todos la llevan.

Y así cuando me quiero acordar y sin darme cuenta es normal que vaya enseñando el ombligo o la espalda, allí justamente donde cambia de nombre. Me pongo un arito en la lengua, otro en la nariz, otro...otro....

Todos lo hacen, todos lo llevan.

La libertad mal entendida no solo afecta a la persona que la ejerce mal, sino que también invade e hiere el ejercicio de la libertad de toda la sociedad.

No puedo ser un padre de familia si hago todo lo que se me antoja, si hago lo que me conviene, si hago lo que hacen todos y no lo que debo hacer como padre.

Esta actitud no solo produce estragos en él, como persona, sino que su familia es la primera en salir afectada en su vivir como familia. Los hiere a todos, los perjudica a todos.

El ejercicio de la libertad no es algo exclusivo, sino que es algo que también la ejerzo yo, para que cunda en los demás. Sea ejemplo a los demás.

Hoy, muchos nos creemos libres. Muchos nos creemos que gozamos de gran libertad pero sin embargo estamos esclavizados en muchas cosas.

¿Por qué? Porque la libertad mal entendida, esclaviza. Provoca en las personas esclavitudes.

Veamos algunas: la esclavitud de los instintos. Si vamos al diccionario dice: la actitud que emana hacía un fin sin previo conocimiento, sin reflexión previa.

Es lo que hacen todos los animales.

El gorrión hace su nido por instinto. Como lo viene haciendo desde el principio de los tiempos y lo seguirá haciendo así, hasta el fin de los tiempos.

El perro hace de perro y el caballo instintivamente hace de caballo. Seguir el instinto sin reflexionar, es hacer lo que hacen los animales.

El hombre es el único animal creado que sabe, que sabe.

Y por ello al instinto le debe poner el conocimiento, la reflexión.

Y todo el saber de lo que sé o saben

jueves, 25 de agosto de 2011

REFLEXIONEMOS SOBRE LA LIBERTAD 2ª PARTE



 

Autor: Salvador Casadevall

Los hombres de hoy, nos nutrimos de todo lo aprendido por lo que vivieron antes. Por lo que otros aprendieron antes.

Si yo me dejo llevar por mis instintos, estoy retrocediendo en el tiempo al nivel animal.

No estoy aprovechando lo vivido enteramente por otros.

No estoy aprovechando en mi beneficio las experiencias vividas por otros.

La libertad es una facultad para que el hombre sea más hombre.

Para que el hombre sea menos esclavo y más libre.

La libertad es todo aquello que me hace crecer, que hago crecer.

Es la facultad para hacer el bien. Único camino para crecer y hacer crecer

La libertad le fue dada al hombre por Dios, no para hacer lo que quiere, sino para hacer lo que debe. Y el que hace lo que debe, siempre hace bien, enseña el bien, vive el bien.

Para ejercer plenamente la libertad necesitamos de la ley, que es el gran pedagogo para conducirnos. El hombre necesita de la conducción de la ley.

El hombre de hoy, frecuentemente, no tiene a la ley como conductora de sus actos.

Reconozcamos que somos pequeños, que necesitamos ir tomados de la mano del gran conductor, que para los cristianos hace centenares de años le fue dada a Moisés, unas tablas de la ley, que por sencillas y simples, son fáciles de entender, no tan fáciles de cumplir.

Pero que, quien las toma como conducción de vida, ese sí, es un hombre libre.

Ser libre no es hacer lo que quieras sin pensar: sino pensando por qué quieres hacerlo (Rosal Cortés)

La libertad supone responsabilidad. Ser libre es algo muy serio.

Ser responsable es ser capaz de dar siempre la respuesta adecuada a cada circunstancia, la respuesta correcta para que la vida siga discurriendo como debe.

Muchos creen que son libres porque hacen lo que quieren, y esto es vivir creyendo una gran equivocación que no sólo les daña a ellos mismos, sino que hace daño a la sociedad toda.

En rigor a la verdad, somos verdaderamente libres si hacemos lo que debemos, no lo que queremos.

Vienen a nuestra memoria unas lúcidas palabras del Premio Nobel doctor Heisemberg: "La libertad de volar consiste en el conocimiento de las leyes de la aerodinámica. De igual modo, la libertad en las decisiones de la vida sólo es posible por la adhesión a normas éticas, y quien pretenda despreciarlas, como si fuesen una coacción, pondría sólo desenfreno en lugar de libertad".

Nos atreveríamos a decir, por nuestra parte, que la verdadera libertad consiste de modo radical en asumir conscientemente el propio ser, tal como se nos es dado.

Consiste sencillamente en amarlo; es entonces cuando la ley natural (es expresión de la dignidad y del valor de la persona humana, que se manifiesta tal cual es a través de ella) se asume espontáneamente, sin violencias, con libertad.

lunes, 15 de agosto de 2011

QUIERO A GRANADA Y ME SIENTO MUY GRANADINO





Estimado amigo granadino: Yo quiero a Granada como si fuera mi pueblo de origen, por lo que no se me puede acusar de advenedizo. Le voto a este alcalde porque creo que es un buen gestor. Si se equivoca para eso es un ser humano.

No me gusta una esquina que hay en el boulevard- Constitución cuando los que vienen de Oloriz tienen que embocar la avenida hacia el Triunfo.

No me gusta que le pongan flores a las estatuas, (y menos si las arrancan de los parterres. No me gusta que tiren el chicle para dar la sensación de tercer mundo, ni papeles cuando hay papeleras a mogollón que se dice ahora.

No me gusta la pose de catedráticos que adoptan muchos cuando les preguntas por algo. No me gusta la gente que tira papeles y otras porquerías en las puertas de la Iglesias, porque ellas merecen el respeto de todos. No me gusta la pléyade de mendigos, músicos, pedigüeños descarados, etc.

No me gusta tanta obra de una vez, cuando no se tienen dineros para pagar a los que trabajan en ellas. Y no entro en quien tiene la responsabilidad, porque no es cosa mía. Cada cual que saque sus conclusiones.

No me gusta cuando van dos ancianos por la acera, y tienen que apartarse para que pase una patulea de jóvenes sin educación ni miramientos.

Ni me gusta que un forastero en vez de encontrar apoyo en su duda circulatoria, se le pite imperiosamente para ponerle más teso y nervioso. Como si los que de aquí vamos a otro lugar desconocido para nosotros, no tuvieramos dudas y tendremos que preguntar.

Le diré brevemente lo que me gusta: me gusta ver a los de la limpieza, haciendo su labor como si estuvieran barriendo la puerta de sus casas. Con más entusiasmo que si hubiesen descubierto monedas de euro. Y encima son considerados con la gente.

Me gusta aquel chico que dejó todo, para atender un requerimiento para ayudar a otra persona. Y también hay personas maravillosas a las que quiero mucho.

De lo que es la capital, ni le hablo, porque su belleza trasciende distancias y países. Por eso me apena, que no se trate de colaborar con la autoridad, para que la ciudad se vea cada vez más guapa y elegante.

Y hay mucho más



viernes, 12 de agosto de 2011

A ESPAÑA, DESPUÉS DE LAS ELECCIONES DE NOVIEMBRE 2011



¡ARRIBA ESPAÑA!
LO DIGA QUIEN LO DIGA
EXPRESIÓN DE CLAMOR SAGRADO.

¿Qué era, decidme, la nación que un día
reina del mundo proclamó el destino,
la que a todas las zonas extendía
su cetro de oro y su blasón divino?

Volábase a occidente,
y el vasto mar Atlántico sembrado
se hallaba de su gloria y su fortuna.
Do quiera España: en el preciado seno
de América, en el Asia, en los confines
del África, allí España. El soberano
vuelo de la atrevida fantasía
para abarcarla se cansaba en vano;
la tierra sus mineros le rendía,
sus perlas y coral el Oceano,
y dondequier que revolver sus olas
él intentase, a quebrantar su furia
siempre encontraba costas españolas.

   
Ora en el cieno del oprobio hundida,
abandonada a la insolencia ajena,
como esclava en mercado, ya aguardaba
la ruda argolla y la servil cadena.
¡Qué de plagas, oh, Dios! Su aliento impuro
la pestilente fiebre respirando,
infestó el aire, emponzoñó la vida;
la hambre enflaquecida
tendió sus brazos lívidos, ahogando
cuanto el contagio perdonó; tres veces
de Jano el templo abrimos,
y a la trompa de Marte aliento dimos;
tres veces ¡ay! los dioses tutelares
su escudo nos negaron y nos vimos
rotos en tierra y rotos en los mares.

¿Qué en tanto tiempo viste
por tus inmensos términos, oh, Iberia?
¿Qué viste ya sino funesto luto,
honda tristeza, sin igual miseria,
de tu vil servidumbre acerbo fruto?


De  Manuel José Quintana 
Con dolor, como el que él sufrió
Contemplando a España desplomada.
Fragmento