domingo, 1 de enero de 2012

ESTA ES MI ESPAÑA



Es un lugar común que cuando surge repentinamente un tema sustancial los comentaristas se lancen sobre él y, como es su profesión, lo calientan y guisan al sabor de cada uno con su tendencia o clarividencia. Ahora Urdangarín, que es presa a tiro de escopeta. Y si de paso pringamos al rey, pues más morbo aun.

Se trata de vender periódicos, y como yo no cuestiono de cómo cada cual se busca la vida, no tengo gran interés en criticar. Los socialistas derrengados y desmoralizados, han resistido hasta el último cartucho, intentando dejar la cosa lo menos arrasada posible… ¡o cualquiera sabe! No ha podido ser ni mucho menos, y ahora se desgañitan, diciendo que si los recortes, que si los ajustes de cinturón, etc. Y aun se muestran prudentes.

Yo no tengo mucha experiencia en los asuntos políticos, pero es que hay cosas que son de cajón, y cuando un comentarista dice algo potable lo apruebo, y a veces hasta aporta matices que yo no conocía como lego que soy, pero que alteran en bastante medida las cosas de la economía.

Es tontería meter macroeconomía, ni microeconomía, en esta sartén ardiendo, y sin aceite para que no se queme. Lo que se debe hay que pagarlo o no pedirlo, para gastar la mayoría de las veces en porquerías. “guste o no guste” ¿les suena? Si llega la Cospedal a una autonomía ya de por sí pobre, y se encuentra un bodrio monumental, se ponga como se ponga, tiene menos oportunidades que un charco al sol. Y la van a criticar, como nadie se figura.

 Un gobierno responsable no se mete en la orgía económica, que suponía que éramos más ricos que Francia y Alemania, y que podíamos tirar hasta donde nos diera la gana, que para eso “paga el Estado”. Con estas formas de entender la gestión pública, propias de necios, no puede ir bien ni el dinero de todos, ni siquiera el puchero del más pobre hogar.

He tenido y sufrido un negocio, y sabía a cada instante lo que había de bueno o malo. Y eso hacen (que yo sepa) la mayoría de los comerciantes, industriales, y hasta las  amas de casa.  Mirar la cartilla es buena costumbre en las mujeres, que saben si puede o no, comprar al niño  los zapatitos que le hace ilusión.

Ahora ¡a ver quien restaura lo inmoderado! Es muy difícil meter otra vez la pasta de dientes, una vez que se haya pisado el tubo y aplastado. Pero no hay que preocuparse, porque esto se compone con las necesarias restricciones, se quiera o no (nadie ha inventado todavía, que un billete de cinco se convierta en uno de diez como por arte de birlibirloque).

No hay más camino que restringir (gracias PSOE), y después cuando se haya puesto la cosa en equilibrio, vendrán otra vez los socialistas a pescar en río amansado, con los esfuerzos enormes por parte de Gobierno y Pueblo. Y a recomenzar con la misma charada, y el mismo resultado.

Siento decirlo, pero sé por mis años, que esto no lo arregla nadie. Es nuestro fatal destino. Mientras huelgas, protestas, sentadas, que hasta ahora no se han hecho, o lo han efectuado a toque de tambor flojito. Ya veremos a tambor batiente. Una izquierda seria ¿Dónde?


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