viernes, 24 de junio de 2011

MIRÉ LOS MUROS DE LA PATRIA MÍA

Miré los muros de la Patria mía
Si un tiempo fuertes ya desmoronados
De la carrera de la edad cansados
Por quien caduca ya su valentía.
 
Salíme al campo: vi que el sol bebía
Los arroyos del hielo desatados,
Y del monte quejosos los ganados
Que con sombras hurtó su luz al día.
 
Entré en mi casa: vi que amancillada
             De anciana habitación era despojos,             
Mi báculo más corvo y menos fuerte.
 
Vencida de la edad sentí mi espada,
Y no hallé cosa en que poner los ojos
Que no fuese recuerdo de la muerte.
Francisco de Quevedo

 

Existen personas inteligentes y estupendas, que aun creen que la política se regenerará. Yo en cambio soy muy pesimista en cuanto a la salida que tendrá esta situación que vivimos en Junio de 2011. Los jerarcas, cuando llegan al poder no entienden de barcos. Solo piensan en votos.

Estiman que lo primero son ellos, y ante esa tesitura está de más hablar de regeneración. Ahora en los lugares en donde el PP partido de derechas (se supone) se está haciendo una reducción de canonjías y organismos inútiles aunque a la vez esto significa que siguen trabajando en otras funciones, o que van al paro más gentes de las que ya se pueden soportar.

El voto en blanco es útil de alguna manera, pero esto no cambiará, como apunta un amigo en otro blog. Saldremos como gato por la alambrada, dejándonos pellejo como para fabricar otro gato, pero esto no cambia.

¿Porqué Rajoy no habla de dos vueltas, de rebajarse los sueldazos, y de eliminar de un plumazo a los implicados (no a los acusados por cualquiera) y regenerar la política? Amén de otras muchas más adecuaciones a lo que es realmente este país.

Recuerdo que voté no, a las autonomías, porque las confederaciones solo van bien en Suiza, que es un lugar en donde lo que quieras va bien. Son países como Finlandia y tantos otros en los que la ley y la decencia es algo connatural con su sano gregarismo, y por tanto en cuanto un gobernante se desbarra contra costumbres o gobernación, le dan pasaporte rápidamente.

Un pueblo culto no se deja engañar, y se hace  respetar la propiedad, la libertad de religión, etc., sin imposiciones, sino dejando al pueblo su desenvolvimiento natural, sus tradiciones, y en definitiva gestionando fielmente el encargo de procurar la prosperidad y la paz del pueblo. Y hasta los aparcamientos, sin necesidad de multas y riñas.

En esta "Tierra de Garbanzos" la gente no está “leída ni escribida”, y sabe muy poco de las cosas. Se dejan llevar por impulsos momentáneos, partidismos, etc. y no piensan demasiado. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón; decía Machado. A mí me lo hielan las dos, o las veinte... ya no sé.

¿Quien va a votar, y no le vota a Bildu, sobre todo en los pueblos vascones? Ya son valientes los que votan en contra. Eso no es democracia; eso es pavor. Ni siquiera sabemos, si lo que escribimos nos perjudicará algún día. Por eso hay miedo a decir las cosas. Estuve allí nueve años, y sé lo que se cuece. El único con cabeza sensata parece ser Mayor Oreja.

Eso no es libertad, a la que no se parece ni de lejos. Eso es dictadura; si no la del cacique, la del proletariado, o la de “indignados”. ¡Como si todos no estuviésemos ya indignados, y arruinadas nuestras expectativas y los intereses de todos! Después se dice ¿quien lo iba a pensar? pues yo lo pensaba, pero ahora a jorobarnos. Como decía Álvaro de la Iglesia: Lo malo de la guerra es que hace ¡PUN! 

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